Fumigación contra las “gatas peludas” en Tigre para disminuir la densidad de mariposas negras
De forma preventiva, Tigre llevó adelante la exterminación de «gatas peludas”, que son consideradas plaga nacional de la agricultura y cada 7 u 8 años producen un pico poblacional. En este caso, el objetivo es disminuir la densidad de las mariposas negras que sobrevuelan en el ambiente.
En su estado larvario, se conocen como «gatas peludas” o «bicho quemador”. Pueden medir aproximadamente 40 mm y están cubiertas de pelos urticantes. Es importante destacar que no producen daño al ser humano, sólo un ardor e irritación al entrar en contacto con la piel. Sin embargo, son muy voraces y llegan a desfoliar completamente las plantas que atacan. Se alimentan de hojas de distintos árboles como sauce, álamos, plátanos, ciruelos, fresno, acer, liquidámbar y robles.
Tienen una sola generación anual y van pasando por distintas etapas larvarias, hasta convertirse en pupa, de donde luego emergen las mariposas negras, que desovaran para luego iniciar nuevamente el ciclo.
El Municipio de Tigre, a través de su Secretaría de Política Sanitaria y Desarrollo Humano, difunde consejos de prevención y posibles síntomas frente al contacto con este insecto, sea en su estado larvario como maduro, y anuncia el inicio de la fumigación en las calles de Villa La Ñata y Dique Luján.
Los síntomas que puede provocar la mariposa negra son: lesiones en piel, afecciones respiratorias por irritación de vías aéreas y, en casos más severos, cuadros febriles. Las heridas en la piel pueden darse, sobre todo, en zonas expuestas como la cara, el cuello, los brazos y las piernas. La urticaria aparece a los 15 o 20 minutos posteriores al contacto, tiene un promedio de duración de 11 días y se cura sin dejar secuelas. El tratamiento suele incluir el uso de antihistamínicos, compresas frías, corticoides tópicos o sistémicos según la gravedad del cuadro.
Se aconseja no pisar a las mariposas negras con el pie descalzo, no aplastarlas con la mano, no barrer en seco para evitar levantar los «pelos”, lavar el piso o la superficie sobre la que estaba el insecto, no dejar ropa a la intemperie; cerrar las ventanas y puertas con mosquiteros y evitar las luces cerca de las ventanas.
Para más información, o ante cualquier síntoma, el municipio aconseja acercarse al Centro de Atención Familiar y de Salud más cercano para recibir tratamiento y la medicación adecuada.